Con la llegada del calor, tener una piscina en casa es todo un privilegio que permite huir del calor y el agobio que pasamos en casa. Pero disfrutar de una piscina con agua limpia y cristalina necesita unos cuidados y un mantenimiento muy concreto. Durante el verano, las altas temperaturas y la exposición constante al polvo, los bichos y los elementos del exterior hacen que la piscina se ensucie muy fácilmente y, por eso, en Bricoeasy queremos ayudarte con una guía muy sencilla con la que podrás mantener tu piscina limpia en verano.
Vamos a explicarte qué cuidados necesita tu piscina en verano y qué productos o accesorios pueden ayudarte a mantenerla limpia.
¿Cómo mantener la piscina limpia fácilmente?
1. Limpieza diaria: la rutina que marca la diferencia
Puede parecer evidente, pero una rutina diaria de limpieza básica de la piscina es la mejor manera de evitar problemas mayores. Cada día, la piscina está expuesta a la caída de hojas, insectos, polvo o todo tipo de restos orgánicos que, si no se limpian a tiempo, se acumulan en el fondo y afectan a la calidad del agua.
Una limpieza básica consiste en:
Usar una red recogehojas para retirar todo lo que flote en la superficie.
Vaciar y limpiar los skimmers (si los tiene), donde se suele acumular gran parte de la suciedad.
Pasar el limpiafondos una o dos veces por semana, especialmente si la piscina está rodeada de césped natural o tierra, ya que generan mucha más suciedad que el césped artificial.
Este gesto diario puede llevar apenas 10 minutos y mejora muchísimo la calidad del agua.
2. Cubre la piscina por la noche
Una lona de protección para piscinas es una de las herramientas más útiles que puedes tener en verano. No solo ayuda a mantener el agua más limpia, sino que también te permite reducir el uso de productos químicos y conservar mejor la temperatura del agua durante la noche.
Al cubrir la piscina cuando no se usa:
Evitas la entrada de suciedad, hojas y bichos.
Se reduce la evaporación, por lo que se gasta menos agua.
Se protege el agua del exceso de radiación solar, que puede afectar al equilibrio químico y, por lo tanto, no necesitas mantener intacto el equilibrio del pH.
Las lonas actuales son ligeras y muy fáciles de extender y recoger, y existen modelos especiales para piscinas desmontables como las que mucha gente tiene en casa.
3. Mantén el pH equilibrado
Tener una piscina limpia no es solo una cuestión de eliminar la suciedad. El agua también debe estar químicamente equilibrada para que sea segura y agradable para el baño.
Los dos valores que más debes controlar son:
El pH, que mide la acidez del agua. Lo ideal es mantenerlo entre 7,2 y 7,6. Si está fuera de ese rango, el cloro pierde efectividad y pueden aparecer irritaciones en la piel o los ojos.
El nivel de cloro, que debe situarse entre 1 y 1,5 ppm. El cloro elimina bacterias y gérmenes, y es esencial para mantener el agua desinfectada.
Puedes hacer un análisis rápido del agua con kits de tiras reactivas o líquidos medidores, que ofrecen resultados en pocos segundos. Si detectas algún desajuste, existen correctores específicos para subir o bajar el pH, así como pastillas de cloro de disolución lenta que ayudan a mantener la proporción correcta.
4. Depuradora: el corazón del sistema de limpieza
Si tu piscina tiene depuradora, asegúrate de sacarle el máximo partido. Es el sistema que filtra y purifica el agua, eliminando pequeñas impurezas que no se ven a simple vista.
Lo recomendable es:
Mantener la depuradora funcionando entre 6 y 8 horas al día, especialmente durante las jornadas de más calor o tras una gran afluencia de bañistas.
Limpia el filtro con regularidad. Si es de cartucho, lávalo cada semana con agua a presión; si es de arena, realiza un lavado a contracorriente cuando lo indique el manómetro.
Una depuradora bien mantenida alarga la vida útil del agua y te ayuda a reducir la frecuencia de cambios o tratamientos químicos.
5. Floculantes y antialgas: tus aliados invisibles
Aunque el agua parezca limpia, con el paso de los días pueden acumularse micropartículas que provocan una apariencia turbia. Para evitarlo, puedes usar:
Floculante: es un producto que agrupa esas partículas invisibles en pequeñas masas que caen al fondo. Luego puedes recogerlas fácilmente con el limpiafondos.
Antialgas: ideal para prevenir la aparición de algas, especialmente si el cloro está bajo o si han subido mucho las temperaturas. También es útil si tu piscina está rodeada de vegetación.
6. Cuida también el entorno de la piscina
Un truco muy útil que a veces se pasa por alto: cuida lo que rodea la piscina. Si el perímetro está sucio o es difícil de limpiar, acabarás introduciendo esa suciedad en el agua.
Algunos consejos prácticos:
Barre y limpia la zona de acceso a la piscina.
Evita entrar con zapatos o restos de hierba en los pies.
Instala césped artificial decorativo, que es estético, cómodo y muy fácil de mantener limpio.
En Bricoeasy tienes opciones de césped artificial resistentes al agua y con efecto memoria, ideales para crear un entorno agradable, seguro y funcional alrededor de tu piscina.
7. Cepilla paredes y fondo con frecuencia
Por último, no olvides que la limpieza no solo está en el agua. Las paredes y el fondo de la piscina pueden acumular pequeñas algas o residuos que no se eliminan con la depuradora. Pasa un cepillo una vez a la semana para eliminar estos residuos antes de que se incrusten.
Checklist de mantenimiento
Aquí tienes una checklist que puedes usar para garantizar que no se te olvida nada durante la limpieza de la piscina todo el año:
✅ Limpieza diaria con recogedor
✅ Uso de lona o cobertor por las noches
✅ Control del pH y cloro cada 2-3 días
✅ Funcionamiento de depuradora a diario
✅ Aplicación puntual de floculantes y antialgas
✅ Limpieza de paredes y fondo semanal
✅ Higiene y cuidado del entorno